Fisioterapia neurológica para volver a trabajar después de un ictus

Volver a trabajar es posible después de ictus. Aunque la mayoría de las personas que sufren un infarto cerebral son mayores, también hay otras muchas que se encuentran en edad laboral y para todas ellas reincorporarse a la actividad laboral es fundamental. No sólo por el aporte económico, sino por volver a una vida normal y sentirse de nuevo en activo.

La fisioterapia diaria es clave para acelerar la vuelta al trabajo después de un ictus.

La fisioterapia diaria es clave para acelerar la vuelta al trabajo después de un ictus.

Para este colectivo de personas jóvenes que han tenido un ictus la fisioterapia es esencial. Su motivación por recuperarse es muy grande y actúa como un estupendo acelerador para tratar de minimizar y superar las minusvalías que provoca el ictus.

Obviamente cada caso dependerá de la intensidad del ictus y de las condiciones generales de cada paciente, pero no hay que desanimarse. Al contrario, la fuerza de voluntad y tesón para afrontar esta situación determinará el tiempo de recuperación.

Sin embargo, también queremos ser claros y hay que tener en cuenta que, a veces, esa vuelta al mercado laboral no es igual. Las secuelas impiden desempeñar el mismo puesto de trabajo que realizábamos antes del ictus.

Pero lo importante de todo esto es que la fisioterapia neurológica, una de nuestras especialidades, es una herramienta que le ayudará a conseguir su objetivo de volver a trabajar. Y ¿de qué manera? se preguntará. Pues bien, lo primero que nuestros expertos en fisioterapia neurológica harán es estudiar con detenimiento su caso. De esta manera podrán elaborar un plan terapéutico de acción adecuado a sus circunstancias que se revisará periódicamente para adaptarlo a su evolución.

Su participación y constancia al realizar los ejercicios mejorará su recuperación.

Su participación y constancia al realizar los ejercicios mejorará su recuperación.

En el caso de que el ictus le haya afectado a la movilidad, su fisioterapeuta le preparará ejercicios que potencien la movilidad de los distintos miembros del cuerpo, brazos, muñecas, rodillas, tobillos… También se trabajará la coordinación de movimientos, la corrección de posturas y le enseñará cómo salvar las barreras diarias como los desplazamientos y la realización de actividades dentro del centro de trabajo.

La fisioterapia neurológica también es de gran ayuda para las secuelas relacionadas con la pérdida de expresividad. Con masajes y ejercicios muy concretos se trata de dejar atrás los daños causados por el ictus. Lo importante de todo esto es la actitud con la que se afronta el reto de la recuperación y volver a sentirse independiente y capaz de realizar un trabajo es una inyección de energía positiva.

En cualquier caso, las personas que han sufrido un ictus y desean reincorporarse al trabajo deben planteárselo al empleador y tratar de buscar una solución. En muchos casos es un cambio de jornada, de funciones, adaptación del entorno laboral y, por supuesto, contar con el apoyo y colaboración de compañeros y jefes.

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