Pautas para preparar la vuelta a casa de después de un ictus

El momento de volver a casa después de haber sufrido un ictus es un momento muy especial. Para que todo transcurra sin problemas es aconsejable tener en cuenta una serie de pautas.

La prueba que ha pasado el paciente y los familiares ha sido muy dura. Dependiendo de la intensidad y la zona a la que haya afectado el ictus, el estado general y las secuelas del paciente serán diferentes. Lo más probable es que haya permanecido varias semanas en el hospital y la vuelta a casa se presenta como un motivo de alegría pero también de miedo e incertidumbre.

La ayuda de su fisioterapeuta será clave para tener una buena vuelta a casa después de un ictus.

La ayuda de su fisioterapeuta será clave para tener una buena vuelta a casa después de un ictus.

Aunque el hospital suponga incomodidades y a nadie le guste estar en él, también representa una seguridad y garantía de cuidados y atenciones que en casa no va a tener. Esta falta de seguridad es la que complica un poco la vuelta a casa después de un ictus.

Sin embargo, no debe tenerle miedo. Cuando los médicos le dan el alta es porque ya se encuentra lo suficientemente bien como para estar en su hogar. Debe asumir ese reto, pero también los límites que le ha dejado el accidente cerebro vascular. En este proceso la ayuda de la fisioterapia neurológica es muy importante.

Algunas de las pautas para preparar su vuelta a casa son las siguientes:

  • Sea consciente de sus límites. El primer paso es reconocer que ya no es el de antes, por leve que haya sido el ictus, su cuerpo tendrá alguna secuela. No la olvide y trate de adaptar sus movimientos y actividades en casa a sus capacidades.
  • Revise y acondicione su hogar. Moverse por su hogar o realizar algunas tareas que antes hacía sin dificultad ahora puede que sean muy complicadas. Revise los accesos y muebles que hay en su hogar y adáptelos para que su movilidad y actividad sea más segura y sencilla.
  • Pida ayuda. Es cierto que hay que tratar de valerse por sí mismo, pero todo tiene un límite y no pasa nada por pedir ayuda. Es mejor pedir ayuda que cometer una imprudencia que nos cause un daño o una lesión que retrase nuestro proceso de recuperación.
  • Márquese pequeños retos. Fije metas que pueda conseguir. Coger cosas de una estantería, pelar unas patatas, vestirse solo. Dependerá de las secuelas que tenga, pero también de su actitud y ganas de recuperarse. La satisfacción de conseguir algo que se ha propuesto es la mejor inyección de energía para seguir trabajando.
  • Siga con su programa de masajes y ejercicios. Su mejoría dependerá en gran medida de  su constancia y actitud con la que realice el programa de rehabilitación. Los masajes y ejercicios son esenciales para recuperar la fuerza y movilidad de las zonas más afectadas por el ictus.

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