La rehabilitación posterior al ataque cerebral
Accidente cerebrovascular. Este es el término clínico que se utiliza para denominar al comúnmente llamado ataque cerebral o derrame cerebral, que tiene lugar cuando se produce lo que es una alteración en el flujo de sangre que va hacia el cerebro, lo que supone que no llegue correctamente oxígeno al mismo y que la persona tenga que hacerle frente a un sinfín de síntomas de gravedad. En concreto, nos estamos refiriendo a adormecimiento de una de las partes del cuerpo, fuerte dolor de cabeza, dificultad para ver o caminar…
Todo eso puede traer consigo que el individuo, tras ser atendido en el hospital, se encuentre con una serie de consecuencias que alteran su vida. Lo habitual es que tenga notables problemas para poder controlar el movimiento, que sufra afasia, que posea dificultades con la memoria e incluso parálisis o ataxia.
Ante todo eso, además de seguir las indicaciones del médico, el paciente es fundamental que en cuanto se le dé permiso comience con la llamada rehabilitación posterior al ataque cerebral. Y es que esta es la que le permitirá poder recuperar las habilidades y capacidades que ha perdido y que, en ese momento, le minan notablemente su calidad de vida.
¿Cómo poner en marcha ese proceso de recuperación? Básicamente contando con la ayuda de un fisioterapeuta, como los que dan forma a la plantilla de Fisiohogar, ya que este establecerá un programa de ejercicios y unas pautas que le ayudarán a mejorar, a disminuir notablemente los dolores que pueda estar sufriendo y también a intentar volver a disfrutar de la autonomía e independencia que tenía antes de que sufriera el citado accidente cerebrovascular.
En concreto, el planning establecido por los profesionales de la fisioterapia se sustentará en los siguientes pilares:
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Ejercicios pasivos, que son aquellos en los que el fisioterapeuta es el encargado de mover un miembro del paciente de manera repetitiva.
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Ejercicios activos, que son los que, bajo la supervisión del profesional, realiza la persona en solitario, sin ayuda de nadie.
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Estimulación sensorial de tipo selectivo, consistente en elementos tales como golpecitos.
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Realización de tareas motoras, durante las cuales se procede a acometer lo que se conoce como restricción temporaria de los miembros sanos.
Actividades todas estas con las que se logrará, además, estimular lo que es la plasticidad cerebral, recuperar el control sobre el cuerpo y, por supuesto, reducir de manera progresiva las discapacidades que han surgido a raíz del ataque.